Sobreproteger no es consentir
Decimos “consentir” cuando en realidad hablamos de sobreproteger. Limitamos su libertad haciendo cosas que pueden hacer por su cuenta, y les evitamos situaciones “peligrosas” (que no son más que parte de la vida misma), para luego quejarnos de que no hacen nada porque se lo hemos consentido todo.